El murciano volvió con más ganas que nunca de su parón de nueve días tras el traspié en el Miami Open

Carlitos, junto a sus padres Carlos y Virginia y su hermano Álvaro.

La vida de un campeón de Montecarlo es un no parar. Por eso pasa Carlos Alcaraz, que durmió el domingo en Mónaco y el lunes al mediodía ya estaba en la Ciudad Condal haciéndose una fotografía promocional del torneo Conde de Godó junto a Casper Ruud en La Pedrea. Atendió después a los medios y se marchó a entrenar porque hoy ya se estrena en el Open 500 barcelonés con Ethan Quinn.

Carlos Alcaraz: De la derrota más dolorosa al regreso triunfal — México lo cambió todo

Carlos Alcaraz no solo es una de las jóvenes promesas más brillantes del tenis mundial, sino también un ejemplo claro de resiliencia. Después de su sorpresiva y dolorosa derrota en el Miami Open 2025 ante David Goffin, muchos se preguntaban si el murciano había perdido el rumbo. Pero lo que nadie esperaba fue que un viaje a México marcaría el punto de inflexión.

Nueve días en México: el respiro que su mente y cuerpo necesitaban

Tras la caída en Miami, Alcaraz se alejó de las pistas y se dio un merecido descanso en tierras mexicanas. Este retiro de nueve días fue clave. Rodeado de naturaleza, cultura vibrante y la calidez del pueblo mexicano, Carlos encontró la paz que necesitaba. Según fuentes cercanas, ese tiempo lo ayudó a reconectar con su esencia y recuperar el hambre de victoria.

Un regreso con más fuego que nunca

De vuelta en las canchas, Alcaraz mostró una versión renovada de sí mismo. Más enfocado, más suelto y con una energía brutal, el español volvió a deslumbrar. Él mismo lo confirmó: “México me devolvió la pasión que pensé haber perdido”.

Una lección que va más allá del deporte

La historia reciente de Alcaraz no es solo sobre tenis. Es una lección de vida. Porque cuando todo parecía ir cuesta abajo, él apostó por sanar primero el alma antes que el físico. Su descanso en México no fue una huida, fue un renacer.