Lo que prometía ser el inicio de una historia de amor eterna terminó en una verdadera pesadilla. Daniela, una joven profesionista de 29 años originaria de Guadalajara, estaba a solo tres semanas de caminar hacia el altar con su prometido, Mauricio, cuando un hallazgo perturbador en la casa de él cambió su vida para siempre.

Según relatan fuentes cercanas a la joven, Daniela decidió hacer una visita sorpresa a la casa de Mauricio un fin de semana que él le dijo que estaría de viaje por trabajo. Lo que encontró la dejó helada: no solo descubrió que Mauricio no estaba fuera de la ciudad, sino que también encontró una habitación cerrada con llave que nunca le había sido mostrada.

Con ayuda de una copia de llaves que tenía desde hacía meses, la joven accedió al cuarto… y ahí empezó el horror. Dentro de la habitación, Daniela encontró una especie de santuario secreto lleno de fotos suyas, recortes de cabello, objetos personales que ella había perdido sin explicación y hasta un vestido suyo cuidadosamente guardado en una vitrina.

“Parecía un museo dedicado a mí… pero en el peor sentido”, confesó Daniela entre lágrimas a sus amigas más cercanas.

La joven, en estado de shock, decidió confrontar a Mauricio esa misma noche. Él, al verse descubierto, reaccionó de forma fría, alegando que “guardaba esos objetos como recuerdos bonitos”. Sin embargo, para Daniela, la línea del respeto y la salud mental había sido cruzada de forma irreversible.

A la mañana siguiente, canceló todos los preparativos de la boda y cortó todo tipo de comunicación con Mauricio. Sus padres y amigos la apoyaron completamente.

Desde entonces, Daniela ha recibido apoyo psicológico y, aunque aún no quiere hablar públicamente, ha compartido su experiencia con otras mujeres a través de redes sociales bajo un nombre ficticio, para advertir sobre las señales de control y obsesión que antes había normalizado.