Teté, decidida a cumplir su venganza y deshacerse de Demián de una vez por todas, reúne a sus cómplices y detalla minuciosamente cada paso del plan. Con frialdad, da la orden de eliminarlo, asegurándose de que no queden cabos sueltos. Mientras tanto, Aurora, quien ha estado observando con atención los movimientos sospechosos de Teté, descubre accidentalmente la conspiración. Al enterarse de que la vida de su sobrino Demián está en grave peligro, no duda en actuar. En un acto impulsado por el amor y la desesperación, Aurora arriesga todo para adelantarse al plan. Con inteligencia y valentía, intenta llegar a tiempo para advertirle y protegerlo, aun sabiendo que esto podría ponerla a ella misma en el punto de mira de Teté y sus aliados.