Fátima se entera de que Adrián se encuentra en sus últimos momentos de vida, y movida por la desesperación y el remordimiento, decide enfrentarlo. Consciente de que el tiempo se agota, intenta por todos los medios convencerlo de que libere a Sebastián de toda responsabilidad por los crímenes que ha sido acusado injustamente. Mientras tanto, Daniel, con un creciente sentido de frustración, descubre que Maricruz ha estado manipulando en secreto sus planes de mudarse a la ciudad, saboteando cada uno de sus intentos. La situación empeora para Sebastián, quien, sin la posibilidad de que Adrián lo absuelva, pierde todo derecho a fianza, quedando atrapado en un sistema judicial que parece estar cada vez más en su contra. La trama se complica, y los destinos de todos los personajes se entrelazan en una red de traiciones, mentiras y decisiones de vida o muerte.