Con el anuncio de la marcha de Daniel Ricciardo, el Gran Circo se queda sin un piloto único

Daniel Ricciardo celebrando su victoria en Mónaco

Daniel Ricciardo celebrando su victoria en MónacoF1
Daniel Ricciardo abandona la Fórmula 1, después de 14 años compitiendo en la máxima categoría del automovilismo. El australiano se marcha a seis Grandes Premios de terminar la temporada, pero deja una gran huella en el Gran Circo. En todo este tiempo ha disputado un total de 257 carreras en las que ha conseguido hacerse con tres poles, ocho victorias, 32 podios y 1.329 puntos. Su clasificación más alta fue en el Mundial 2014 y 2016 con Red Bull, donde consiguió ser tercero ambas temporadas.

Además de lo conseguido en la pista, el ‘3’ ha demostrado en inumerables ocasiones que era un piloto diferente al resto. Tenía una esencia especial y única, y siempre con una sonrisa de oreja a oreja dejaba grandes momentos con sus locuras. Es por ello que la Fórmula 1 va a echar de menos a un piloto como él en la parrilla, y sus compañeros de competición no tienen más que palabras positivas y de cariño para él tras anunciar su marcha.

Sus grandes triunfos

Sus primeros pasos en la Fórmula 1 fueron en el equipo HRT, donde disputó como cedido un total de once carreras. Esto fue en 2011, y ya a finales de temporada fue anunciado como corredor para Toro Rosso para el siguiente año. Aquí duró dos temporadas antes de ser ascendido a Red Bull en 2014. Llegaba en un momento cumbre de la escudería, pues venían de conseguir el título de constructores las últimas cuatro temporadas, y compartiría equipo con el actual campeón, Sebastian Vettel. Esto no fue un camino sencillo, pues justo ese año, Mercedes empezó a dominar la era turbohíbrida.

La primera victoria de Daniel Ricciardo

La primera victoria de Daniel Ricciardo

En su temporada de debut con el equipo de Milton Keynes, consiguió acabar tercero, por detrás de los dos Mercedes, pero superando a su compañero de equipo. Se hizo con su primera victoria en la categoría reina del automovilismo en su séptima carrera subido a este coche, en el GP de Canadá. Acabó cruzando la bandera a cuadros bajo el Safety Car, pero firmó una gran actuación saliendo desde la sexta posición y adelantando a su compañero de equipo y a Nico Rosberg que le acompañaron en el podio. Iban a pasar cuatro carreras para volver a verle en lo más alto del podio, esta vez en Hungría. Aquel fue un día lluvioso, en el que el australiano deslumbró a todos con grandes maniobras, características en su conducción, para pasar, ni más ni menos que, a Fernando Alonso y Lewis Hamilton. Acto seguido, en la siguiente carrera volvió a ganar aprovechando el toque entre los Mercedes y la salida de pista de Vettel. Esta sería su última victoria este año, esta en Bélgica, que le sirvió para ser tercero del Mundial.

Tuvo que esperar hasta 2016 para volver a probar el sabor de la victoria. Esta fue en Malasia y significó un triunfo de veteranía contra un Max Verstappen recién llegado. Este triunfo y un total de 8 podios le permitieron conseguir igualar su mejor marca en un Mundial. La siguiente temporada volvió a ganar, en esta ocasión en un accidentado GP en Bakú. En 2018, su último año antes de ir a Renault, se despidió del equipo de las bebidas energéticas con dos triunfos, uno de ellos en China con una gran demostración de adelantamientos que finiquitó con una de sus míticas frases: “A veces simplemente hay que lamer el sello y enviarlo”.

Esa temporada se hizo también con una de las victorias más importante de su carrera, la conseguida en las calles de Mónaco. El australiano salía desde la pole y un problema de potencia le obligó a correr 50 vueltas bajo presión sin poder sacar lo mejor del monoplaza. Finalmente, lo consiguió y dejó sin palabras a sus ingenieros: “No sé cómo lo hiciste Daniel…”. Otra de las carreras que no olvidará nunca será la de Monza en 2021. En esta regaló a McLaren una victoria nueve años después, firmando un doblete para los de Woking con Lando Norris en el podio.

Sus mayores locuras

A la altura de su actuación por las calles de Mónaco en 2018, estuvo la celebración, que fue por todo lo alto. La dureza y la forma en la que consiguió este triunfo hizo que la euforia del equipo y del piloto fuese máxima, dejando una imagen icónica saltando al agua. Algo que siempre estaba presente en las grandes actuaciones del ‘3’ en la Fórmula 1 era el famoso ‘shoey’. Ya que el momento en el que descorchaba el champán, Ricciardo aprovechaba para beber de su bota y lo dejó como una seña de su identidad.

Daniel Ricciardo bebiendo de su bota en 2021 en Monza

Daniel Ricciardo bebiendo de su bota en 2021 en MonzaF1

Otro momento en el que el competidor no pasaba desapercibido eran las ruedas de prensa. Estas conferencias eran un lugar donde salía la versión más bromista del de Perth y hacía que muchos de sus compañeros no pudiesen aguantar la risa ante sus comentarios. Estos momentos también los dejaba por radio con sus icónicos ‘pizza pizza pizza’ en Monza en 2019, o el próximo año con sus ‘macarrones con queso’. Incluso en ocasiones usaba estas comunicaciones con su equipo para demostrar su grandeza en las victorias. Todo esto que hace fuera de la pista le convierte en un piloto diferente al resto, una persona única dentro del Gran Circo.

El final del camino

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Después de abandonar la máxima categoría del automovilismo en 2022 saliendo de McLaren, Ricciardo se encontró con una nueva oportunidad de la mano de Alpha Tauri. Regresó a la competición en medio de la temporada para sustituir a Nyck de Vries que perdió su asiento y no corrió a partir de Hungría. El australiano no perdió su puesto y continuó en el equipo en su cambio a RB para la temporada de 2024.

Los resultados no estaban siendo del todo buenos y estaba viendo como era superado por su compañero de equipo, Yuki Tsunoda. Esto ha provocado que el equipo filial de Red Bull opte por prescindir de sus servicios a falta de seis Grandes Premios. Todo apuntaba a que la carrera en Singapur sería su última en la Fórmula 1 y así ha sido, pues desde Austin, Liam Lawson ocupará su lugar. No es la mejor manera para despedirse del Gran Circo, pero, al menos, lo hizo completando la vuelta más rápida, en lo que fue su adiós a la F1.