Al ver que Circe no está en su casa, Tino comienza a preocuparse y decide ir en busca de Checo para averiguar su paradero. Durante su búsqueda, descubre un secreto sorprendente: Checo es, en realidad, hijo de Chano y Lichita, una verdad que había permanecido oculta durante mucho tiempo. A pesar de la conmoción, Tino opta por no intervenir de inmediato y permite que los jóvenes sigan adelante con sus propias decisiones.

Sin embargo, Circe y Checo, llenos de emoción y con poca experiencia, deciden escaparse juntos sin considerar los peligros que pueden encontrar en el camino. Conducen a gran velocidad por la carretera, sin revisar el estado del vehículo ni tomar las precauciones de seguridad necesarias. Este viaje impulsivo no solo los pone en grave riesgo, sino que también deja a sus seres queridos angustiados, generando una mezcla de preocupación y reproches entre quienes los esperan.