Leonor, aprovechando su influencia dentro de la policía, pone en marcha un plan para atormentar a Eva. Utiliza su poder para presionar y manipular la situación, con el objetivo de que Eva termine admitiendo que ha perdido la cordura. Su manipulación no solo es emocional, sino también estratégica, buscando quebrar la voluntad de Eva y hacerla parecer inestable ante los demás. La intención de Leonor es doble: someter a Eva a una creciente presión psicológica y hacer que su credibilidad se vea seriamente dañada.
Por otro lado, Julio decide recurrir a Magdalena como una pieza clave en su estrategia para presionar a la familia Jiménez. Con el uso de Magdalena, Julio busca obligar a la familia a saldar una deuda pendiente que se originó por la muerte de Jaime. La situación se complica aún más por la forma en que Julio utiliza a Magdalena, ya sea manipulándola emocionalmente o forzándola a ser parte de una jugada que no solo afecta a la familia Jiménez, sino también a su propio entorno familiar. Este giro en la trama refleja las dinámicas de poder y control que los personajes están dispuestos a emplear para conseguir sus propios objetivos, sin importar los costos morales o emocionales.