Lorena decidió fugarse del penal para demostrar que ella no eliminó a Juan Pablo; sin embargo, no se imaginó que encontrar las pruebas de su inocencia la pondrían en peligro.

Lorena, desesperada por demostrar su inocencia, decidió fugarse del penal. Sabía que debía encontrar las pruebas que la exonerarían del crimen que no había cometido. Sin embargo, no podía prever que esta búsqueda la pondría en una situación de gran riesgo. A medida que se adentraba en el oscuro entramado de secretos que rodeaban la muerte de Juan Pablo, se dio cuenta de que había fuerzas poderosas dispuestas a todo para mantener la verdad oculta.

Cada paso que daba la acercaba más a la verdad, pero también la exponía a un peligro inminente que podría poner en riesgo no solo su vida, sino también la de aquellos que la ayudaban en su lucha por la justicia.