Cree que puede ser competitivo en Brasil y Abu Dhabi, pero especialmente en Las Vegas

Sainz, celebrando sus victoria en el Foro Sol de Mésico.

Sainz, celebrando sus victoria en el Foro Sol de Mésico.EFE

La especial simbiosis que Carlos Sainz ha alcanzado con el actual SF-24 de Ferrari se está viendo en este fina de temporada, donde pudo ganar en Austin, venció con una autoridad y una agresividad que impresionaron en México y no ha terminado. El madrileño quiere seguir engrosando su palmarés de rojo, empezando este mismo fin de semana en Brasil.

El actual monoplaza de Maranello le proporciona un grado de confianza para completar maniobras como la del adelantamiento del domingo sobre Verstappen, en una pista complicada en agarre fuera de la linea limpia y donde dio una exhibición. Igual que ese corte por la última curva en calificación, levantando la suciedad de la pista como si de un rally se tratase y donde tenía el control completo para arañar un par de décimas para llevarse la pole.

Interlagos tendrá otros competidores fuertes, como los McLaren, que cree llegar a una pista más favorable y como Red Bull. Es cierto que Verstappen tiene intención de penalizar 5 puestos por cambio de motor, pero si lo hacen en Sao Paulo es porque creen que es el mejor de los cuatro circuitos que quedan y donde el adelantamiento les será posible. No está elegido al azar.

Pero el actual equilibrio del coche y el ritmo con degradación casi nula con medios y duros, permite a Ferrari en ser optimista conseguir con el mejor ritmo de carrera. Carlos parte a seguir con la racha y enlazar un doblete de victorias que sería su primero en la F1. Con la igualdad de este año entre los cuatro grandes, sería algo extraordinario.

Las Vegas y la revancha

Saliendo de Brasil, tres semanas más tarde, Carlos tiene marcada la cita de Las Vegas, donde el año pasado una alcantarilla y la sanción por cambio de elementos del motor le arruinó el fin de semana y el fin de temporada, pues Ferrari le restañó el chasis dañado, pero no se lo puso nuevo, lo que le hizo perder mucho tiempo en las carreras siguientes hasta Abu Dhabi.

No sólo eso, sino que la brecha que causó el metal de la tapa de la arqueta, arrancada con su marco del asfalto por la succión del coche, se quedó a centímetros de la cara interior de uno de sus muslos. Pudo haber sido una desgracia de consecuencias gravísimas, que pudo salvar para llegar en 2024 con ganas de revancha.

El tipo de curva y el trazado semiurbano le hacen tener confianza en poder estar en lo más alto del podio en la espectacular carrera de Las Vegas.

Al fondo está también el Mundial de Constructores, una oportunidad histórica para Ferrari, que no consigue desde 2008 con Ferrari, el año en el que Massa perdió el Mundial en la última vuelta en Interlagos contra Lewis Hamilton. Por mucho que se vaya, Carlos quiere formar parte de eso, como un piloto que siempre aporta a la escuadra para la que trabaja, por encima de excusas o lamentos.

Si sigue en esta línea, junto a Leclerc, los dos últimos ganadores, los 29 puntos que tiene McLaren de ventaja son asequibles y Red Bull parece ya descolgado de esa batalla. Carlos quiere despedirse a la grande, como adelantó hace dos semanas en el Marca Sport Weekend, antes de afrontar el nuevo reto de Williams. No se puede llevar mejor recuerdo ni crédito para su futuro que alguna victoria más y va a por cuantas pueda.