Desde que sufrió una trombosis cerebral, el actor no puede ponerse en pie, habla poco y perdió la noción del tiempo. Su familia ha usado este tiempo a su lado para despedirse de él y cerrar ciclos. Su esposa nos habló en exclusiva.

Rogelio Guerra Crédito: Cortesía / Maribel Robles de Guerra

Ya son casi dos años lo que lleva el reconocido actor de telenovela Rogelio Guerra desconectado de la realidad debido a una trombosis cerebral que le carcomió la vida. Su familia ha vivido este dificil proceso con él. Univisión Entretenimiento platicó en exclusiva con su esposa, Maribel Robles de Guerra, quien nos compartió cómo lo llevan.

“Ya acepto más lo que nos pasó, me siento más adaptada. Sinceramente no ha sido nada fácil, es muy triste verlo así pero no podemos hacer más”.

Pero por mas que suene duro e insensible, las despedidas oportunas les dejan mayor tranquilidad. Si bien el actor continúa con sus tratamientos, para tener la mejor calidad de vida, aún cuando podía hablar, pudieron expresarse amor mutuo.

“Sí, por supuesto que nos despedimos de él. Cierto día en el hospital, el doctor nos dijo que tal vez mi esposo no podría salir, entonces mis hijos vinieron de donde estaban para para poderse despedir. A nivel emocional vivimos un duelo, aún estando él aquí. El tiempo que siga aquí, sólo es para darle calidad, amor y acompañamiento”, contó Maribel Robles.

Rogelio Guerra, su vida en 46 fotos íntimas

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Rogelio Guerra nació el 8 de octubre de 1936 y desde muy joven quiso dedicarse a las artes. Crédito: Cortesía / Marible Roblres de Guerra
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Apenas comenzó el deterioro del actor, como familia tuvieron la oportunidad de hablar, así que no quedan cuentas por cerrar.

“Cuando le dio la trombosis, estuvo 40 días en el hospital. Ahí de alguna manera mis hijos y yo hicimos un cierre emocional, para no dejar cosas pendientes. En ese sentido, ya cerramos con Rogelio en vida, no tenemos temas por tocar”.

En un principio tenían la esperanza de que el actor mejorara, pero conforme han pasado los meses, saben que la realidad es otra y no pueden hacer nada para que mejore la salud del actor. El deterioro del actor, ha sido poco a poco.

“No podemos hacer nada, absolutamente nada”, la voz de Maribel Robles se torna triste y denota ese tono de impotencia, cuando no hay otra mejor opción. “El neurólogo nos había dicho que tendría un proceso donde podíamos esperar una mejoría, esto debía suceder en el lapso de seis meses, tiempo que tarda el cerebro en desinflamarse pero para Rogelio ya no hay ninguna esperanza”.

Sin embargo, en ocasiones Rogelio Guerra parece notar lo que sucede a su alrededor: ” Algunas veces nos reconoce. Desde que le dio el infarto cerebral, no volvió a hablar nunca, ni caminar y pues sigue igual. A veces está muy conectado, otras no“.

La esposa del actor explicó las decisiones que han tomado para tener tranquilidad a futuro.

“El testamento se tiene que hacer en plenitud, y Rogelio lo hizo en su momento, cuando él estaba bien. Ya lo arreglamos”.

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La familia Guerra siempre ha sido muy unida. Maribel y sus dos hijos, Carlo y Aldo, se sienten tranquilos porque nunca faltaron las demostraciones de amor.

“Mis hijos están tranquilos de alguna manera. La educación que tienen es algo que Rogelio y yo hicimos. Les dimos bases, para que fueran fuertes y tuviéramos una unión más allá de todo. Rogelio siempre fue un hombre que, a donde iba, jalaba con la familia (…) Siempre fue un hombre muy familiar. Ahora él está cosechando todo eso”.

Como todo proceso doloroso en la vida, Carlo y Aldo pasaron por diferentes estapas: no querían ver mal al hombre que los educó, que siempre estuvo pendiente de ellos, que los amo.

“Ahora, ya aceptan el estado en que está su papá. Vivieron muchas facetas: negación porque no lo querían ver mal, luego sí querían estar con él, después les daba coraje la situación, pero ahora sólo lo disfrutan porque gracias a Dios todavía tienen a su papá“.

Los hijos del actor siguieron sus pasos: están dedicados a la actuación, aunque y Carlo también es DJ.

En este proceso, la familia ha contado principalmente con el apoyo de sus amigos, quienes a lo largo de este proceso no los han dejado solos.

“Me apoyo en mis amigos, salgo mucho con ellos, otros me contratan como PR. Me distraigo, no me siento sola. También recuperé practicar la natación, que había dejado por más de 30 años”.