Aidé, mientras realizaba sus tareas cotidianas en casa, escucha el ruido de un automóvil estacionándose frente a su puerta. Intrigada, se asoma por la ventana y ve a una pareja desconocida bajando del vehículo. Con curiosidad y un poco de desconfianza, decide acercarse para averiguar quiénes son y qué buscan en su hogar.
A medida que Aidé se aproxima, empieza a notar ciertos rasgos familiares en la mujer que acompaña al hombre. Su corazón late con fuerza mientras un torbellino de pensamientos se apodera de su mente. Al estar frente a ellos, Aidé observa con más detenimiento a la mujer y, de inmediato, siente un escalofrío recorrer su cuerpo al reconocerla: se trata de Paulina, la madre de los hijos de Tino, su pareja actual.
El impacto de este descubrimiento la deja sin palabras por unos momentos. Aidé intenta mantener la compostura, pero no puede evitar que su rostro refleje una mezcla de sorpresa, incomodidad y confusión. Paulina, por su parte, la mira con una expresión enigmática, mientras Tino, visiblemente nervioso, parece no saber cómo manejar la situación. Aidé, aunque desconcertada, se arma de valor para preguntar directamente el motivo de su visita, consciente de que esta inesperada aparición podría desatar tensiones y cambiar el curso de su relación con Tino para siempre.