En una conversación llena de tensión y revelaciones, Aurora finalmente se arma de valor y confía en la detective Elvia un secreto que ha guardado con cautela: le revela que Romualdo, un hombre que ha estado cerca de la familia Campero desde hace años, podría ser el responsable de los misteriosos anónimos relacionados con su hijo Gabriel. Aurora describe a Romualdo como alguien que conoce profundamente los entresijos y secretos de la familia, alguien que, en apariencia, ha sido leal, pero que también posee un conocimiento inquietante de sus vidas privadas.

Aurora explica cómo, desde que comenzaron a llegar las notas anónimas que ponen en peligro a Gabriel, ha sentido una creciente desconfianza hacia Romualdo. No solo parece saber detalles que nadie más podría conocer, sino que su comportamiento ha cambiado de manera sospechosa en los últimos meses. Con una mezcla de dolor y determinación, Aurora le asegura a Elvia que está convencida de que Romualdo utiliza esta información para manipular y desestabilizar a la familia Campero. La detective Elvia toma nota con seriedad, consciente de que esta pista podría ser la clave para resolver el misterio, mientras Aurora, con los ojos llenos de preocupación, le ruega que investigue a Romualdo antes de que sea demasiado tarde.