Alejandra Barros ha interpretado distintos e inolvidables personajes a lo largo de su trayectoria y ahora celebra su carrera con la obra de teatro Escape room

Alejandra Barros será la villana que todos odian | Estreno 2 de septiembre  | El Precio de Amarte - YouTube

La palabra repetitiva no es una que se pueda adjudicar a la carrera de poco más de 25 años de la actriz Alejandra Barros. A lo largo de su trayectoria, la mexicana ha interpretado distintos e inolvidables personajes, desde la noble e inocente protagonista de Mariana de la noche, una mujer abusada por su esposo en Para volver a amar, o una mujer que es capaz de todo por mantener a su familia junta en Buscando a Frida. Ahora, a unos días de haber finalizado la telenovela Nadie como tú en televisión abierta, la actriz no descansa y celebra su carrera con la obra de teatro Escape room, en la Ciudad de México y que se alista para salir de gira.

Estás celebrando 25 años de trayectoria. ¿Cómo describiríaslo que haslogrado? Son 26 ya, casi 27, pero no me había dado el momento de celebrar, hasta que en una obra de teatro, en la que estoy actualmente, decidieron hacer una pausita para darme un abrazo por mis 25 años. Ha sido un abrir y cerrar de ojos, mi hijo tiene 25 años y para él es toda una vida 25 años, y para mí haz de cuenta que fue ayer. La primera telenovela así en forma en que estuve en el elenco principal fue Huracán, justamente en Mazatlán. La casa de mi personaje estaba ahí en la plazuela Machado, y para mí era un sueño estar grabando una telenovela. Mi mamá es de Sinaloa, de Los Mochis, casi sentimiento de estar en casa. No puedo estar más agradecida con la vida y por haber tomado el riesgo, yo estudiaba otra carrera y desde niña queriendo ser actriz, y en mi casa era algo impensable, era un hobby si acaso para el festival de la escuela o para el cumpleaños de alguna tía que me tocaba cantar o bailar enfrente de los papás, pero hacerlo una profesión y una carrera me costó un buen poder convencer a mis papás que me apoyaran, pero veo estos 25 años y digo ‘valió la pena 100 mil por ciento’ y no me imagino haciendo otra cosa.

Hasta hace algunos años,sobre todo en lastelenovelas, era común encasillar a un actor como protagonista o antagonista, pero en tu caso fuistemás allá. ¿Sientes que también fue tenacidad buscar estos proyectos para crear una carrera diversa?

La verdad fue una estrategia que desarrollé empíricamente, no tenía idea. Lo siento como la gente que se hace tatuajes. Tú ves a alguien que se hace tatuajes uno encima de otro y trae un desastre por todos lados y ves gente que lo planeó, que hizo un sketch de su cuerpo de cómo iban a ser los tatuajes. En mi caso no lo planeé, pero sí estaba convencida de aceptar cosas que para mí fueran un reto, que no ofendieran a nadie y que fueran diferentes. Dentro del medio hay muchos tipos para llevar tu carrera, hay quien solo quiere hacer protagónicos y es superrespetable y tú les preguntas te dice ‘yo soy protagonista’. Si tú me preguntas a mí yo te digo ‘yo soy actriz’, y hago lo que sea que a mí me haga sentido y me haga sentir realizada como actriz, que es encarnar otras vidas y contar historias desde el cuerpo de otras personas.

Mi objetivo era ser actriz y dentro de eso me ofrecieron muchos tipos de personajes, rechacé varios protagónicos, varias villanas, varios papeles secundarios, pero no por la importancia en la historia o por el término de ‘protagonista’, ‘antagonista’ o ‘actriz de reparto’, sino porque no me gustaban los personajes o no me atraían. Cuando haces a la buena y lo haces bien, y entras en una zona de confort, estás tentada a no querer salirte de ahí, pero yo dije ‘quiero hacer a la villana también’ o hacer a la amiga o el personaje que tiene dos minutos en pantalla’. Nadie podrá decir ‘Ale, la protagonista de las telenovelas o la actriz de reparto de las películas’, he hecho de todo porque así me ha gustado.

Haciendo una retrospectiva en tu trayectoria, ¿hay algún personaje o algunos personajes que le tengas especial cariño?

Sin duda, Mariana de la Noche es un personaje que me abrió muchísimas puertas profesionalmente y con el público, fue una catapulta en mi carrera. Siempre le daré las gracias a Salvador Mejía, a Liliana Abud, a todos los que participaron en ese proyecto, porque de fue la oportunidad de mi carrera. También no podría no darle las gracias a Bárbara Mantilla, mi personaje de Para volver a amar y agradecerle a Roberto Gómez Fernández y a Giselle González esa tan increíble oportunidad de demostrar que no nada más podía hacer a la niña buena, entonces eso me lo llevo en el corazón.

Ahora estás presentando la obra Escape room, ¿qué significa este proyecto para ti y que llegue en este momento?

Siento que todos los personajes y los proyectos llegan cuando deben de llegar, y habiendo terminado de grabar Nadie como tú, donde hacía a un personaje sumiso, que sufría y que después se levanta y renace, me cae este personaje de Vicky, y hago comedia, pocas veces me han visto hacer comedia y más una tan exacerbada y loca. Es una comedia divertidísima, un texto brillante, con una adaptación espectacular. Vamos a salir de gira, entonces no se la pierdan. Es una hora y media sin intermedio de no parar de reír y tiene una producción espectacular, parece de cine.

En Nadie como tú hiciste un regreso almelodrama tradicional, que de nuevo en la televisión abierta se está apostandomucho. ¿Por qué entraste al proyecto?

En cuanto me empiezan a platicar del personaje y empiezo a leer tantito ahí es donde sé sí o no, hay veces que he tenido que decir ‘no, gracias’ porque no me engancha y Teresa Arreola, que es este personaje, Nacho Sada (el productor) me lo ofreció y me enamoré del personaje. Es una mujer que vive entre su pasión por la música y su tradición por lo familiar, entonces tenía una complejidad interior terrible, pero se enamora de otro hombre, y venciendo todas las barreras de la religión, del deber ser, traiciona a su marido con otro hombre y esto desata una desgracia terrible, y hace que ella vaya transformándose durante la historia. Yo amo el melodrama y creo que bien llevado, con buena dirección, es un género fuerte.

Los mexicanos somos melodramáticos, el melodrama siempre es un apapacho al alma para mí, y venía de haber hecho Vencer la ausencia, que tiene melodrama, pero es más cotidiana la historia, aquí era tradicional, tipo campirano y las grandes haciendas en Oaxaca como marco para esta historia. Yo regreso al melodrama siempre con mucha felicidad.