En su último gran premio antes de incorporarse al equipo oficial de Ducati, Marc Márquez agradece el entorno y las herramientas que le ha proporcionado Gresini para demostrarse a sí mismo que sigue siendo competitivo en MotoGP.

A estas mismas alturas del año pasado, Marc Márquez nadaba en un mar de interrogantes sin responder después de haber tomado una de las decisiones más trascendentales de su trayectoria, al renunciar al último curso de contrato que tenía firmado con Honda, a razón de unos 20 millones, para recalar en Gresini, uno de los equipos más modestos de la parrilla.

La razón de esa maniobra no era otra que saber si seguía siendo competitivo o no, después la peor etapa de su vida, como consecuencia de las repetidas lesiones que le martirizaban desde julio de 2020. “La respuesta es sí”, convino Márquez, este jueves, desde Montmeló, donde domingo afrontará su último gran premio enfundado en el mono violeta de la estructura de Faenza.

En ocho meses, el catalán ha pasado de la escudería más potente del paddock y se ha adaptado a la Ducati hasta el extremo de lograr tres victorias y nueve podios, y de pelear por la tercera posición de la tabla general de puntos, una plaza que, de momento, es suya por un margen de un solo punto sobre Enea Bastianini. Un bagaje que en su momento le dio la entrada al equipo oficial de la marca de Borgo Panigale en 2025, una temporada que arrancará el martes, con el primer test con su nueva estructura.

“Gresini me ha dado la atmósfera perfecta para poder renacer. Es un equipo super profesional y que te permite conseguir aquello que te propongas. Hace un año pensaba estaba valorando la retirada; ahora ni me lo planteo”, declaraba Márquez, muy agradecido por el componente humano que ha encontrado en Gresini.

“El jueves tuvimos una cena muy emotiva. Es verdad que en Honda dejé a muchos amigos; pero allí la presión era mayor al tratarse de un equipo de fábrica. Aquí todo se lleva a cabo de forma algo más relajada”, argumentó el #93, que quitó cualquier tipo de importancia a la pelea por la tercera posición del campeonato.

“Eso no me importa nada. De entrada, porque no tengo ningún bonus. Esta temporada ha sido muy importante, pero mis retos ya los he conseguido de sobras. Terminar el curso bien es más importante para el equipo que para mí”, esgrimió el de Cervera (Lleida), que prefiere no pensar en el reto que se le presenta delante a partir del martes, en el garaje que actualmente es la referencia en MotoGP, al lado de Pecco Bagnaia: “El año que viene tendré que aprender de él, que conoce la moto y el equipo y será la referencia”.