Pete Rose, líder histórico en hits de la MLB, fue suspendido de por vida en 1989 por apostar en juegos mientras dirigía a los Cincinnati Reds. Tras su fallecimiento en septiembre de 2024, MLB decidió eliminar su nombre de la lista de inelegibles, argumentando que las sanciones no deben extenderse más allá de la vida de una persona. Esta decisión permite que Rose sea considerado para el Salón de la Fama por el Comité de la Era del Béisbol Clásico en diciembre de 2027, con una posible inducción en 2028.
Barry Bonds no tendría el camino fácil al Salón de la Fama
En contraste, Barry Bonds, a pesar de ser el líder en jonrones de todos los tiempos y poseer múltiples premios MVP, ha enfrentado resistencia en su camino hacia el Salón de la Fama debido a su presunta implicación en el uso de sustancias para mejorar el rendimiento. Durante sus diez años de elegibilidad, nunca alcanzó el 75% de los votos necesarios para la inducción y fue excluido del proceso en 2022. Posteriormente, en 2022, el Comité de la Era del Juego Moderno también rechazó su candidatura, otorgándole menos de cuatro de los doce votos requeridos para la inducción.
La diferencia clave entre ambos casos radica en la naturaleza de sus infracciones y en las políticas aplicables. Mientras que la prohibición de Pete Rose estaba relacionada con apuestas y fue formalmente levantada tras su muerte, la controversia en torno a Barry Bonds se centra en cuestiones de integridad deportiva y uso de sustancias prohibidas, sin una sanción oficial por parte de MLB. Además, la política de MLB que permitió la reconsideración de Rose se aplica exclusivamente a jugadores fallecidos, por lo que no afecta directamente la situación de Bonds.
En resumen, aunque la decisión de MLB respecto a Pete Rose marca un cambio significativo en la política de elegibilidad post mortem, no establece un precedente que facilite la inducción de Barry Bonds al Salón de la Fama. La controversia en torno a Bonds persiste, y su camino hacia Cooperstown sigue siendo incierto.